lunes, 19 de septiembre de 2016

cuando llueva

Espuma la armonía, dentro.
Rebusca en el trasluz de los espejos
si las fracciones no te ofrecen la luz
y los instantes.

No te enerves, regresa al alma
cúbrete con  el chal de los distintos,
y clava el tacón dispuesto a pronunciarse.

No te detengas, no pares,
no cambies nada del gesto,
ni la facción. Deja que el viento…

Rezuma el latir, no cejes,
muda el color en los iris de los ojos
de aquellos que no sepan mirarte.

Inaugura un bosque de esquejes nuevos,
donde las manos se cojan unas a otras,
y todos seamos árboles creciendo
al cielo ramas repletas de ternura en sus hojas.

Disfruta de las ansias sin disfraces ni secuelas,
y cuando llueva…, siente el agua
que moja los laberintos y continúa…