lunes, 19 de septiembre de 2016

bailamos a oscuras

En los pliegues de la ropa cuando te vistes,
en las horquillas que te prendes,
sobre el mármol frío donde dejas tus cosas
cuando el espejo te mira a los ojos.
En el lugar preferido de tu sofá,
en las teclas negras de tu desahogo,
sobre los álbumes que te cuesta hojear…
sobre las hojas de tus poemas,
dentro del poema, en su destilería…
En el zócalo inquieto de tus zapatos,
en el tacón pendenciero,
en tu pelo revuelto cuando duermes,
en el sueño profundo y en el urdir a solas.
Entre todos tus libros, tus hilos de colores,
en el cajón de tus encajes 
donde está la huella de tus noches 
y el aroma de lo más tuyo.
Quiero pensarme allí, 
que la distancia es tan sólo una estación
al paso de los trenes...,
una manera de llamar al punto 
que interfiere entre ambos
cuando realmente bailamos a oscuras
y un paso y otro y otro...